CAMINOS DE LA LIBERTAD

En las márgenes del río Uruguay, se alzan los restos de una humilde casa donde el 25 de febrero de 1778, nació José de San Martín. Las ruinas de la modesta vivienda, resguardan los vestigios de su infancia. 

En 1938, un templete neocolonial se erigió alrededor de esta reliquia. Sus columnas sostienen la historia: y allí se encuentran desde 1998 los restos de Don Juan de San Martín y su esposa, Gregoria Matorras. El mismo es custodiado por los Granaderos a Caballo. 

Está ubicado frente a la plaza principal del pueblo, que mantiene un retoño de la higuera donde cuentan que San Martín jugaba de chico.

El Museo; además de contar con importantes piezas del período prehispánico, período Jesuítico Guaraní y período post Jesuítico; rinde un especial homenaje a la vida y legado del General San Martín, la creación del cuerpo de Granaderos a Caballo y las conmemoraciones sanmartinianas en Yapeyú.

Dentro del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín funciona el Museo, que posee 5 salas dedicadas a la historia y a la arqueología. 

Entre sus piezas se encuentra una maqueta del Combate de San Lorenzo, una réplica del Sable Corvo de San Martín y de sus muebles de Boulogne Sur Mer.

Al ingresar al Museo, la guía nos introduce en esta sala: “Se muestra un maniquí vistiendo la réplica del uniforme utilizado por el héroe en el Combate de San Lorenzo”. “Se destaca un cuadro que hace alusión a la estrategia militar que utilizó el General San Martín para ganar el Combate: lo que hicieron ellos fue esconderse detrás del convento y cuando desembarca la tropa realista y avanza, ellos la rodean y así ganan la batalla”.

En dicha batalla sucede la historia del héroe que salva la vida del General, rescatándolo. San Martín, en agradecimiento a su hazaña heroica, lo nombra post mortem Sargento.

Durante el combate un disparo de cañón alcanzó al caballo de San Martín. Al caer fulminado aprisiona la pierna izquierda del jinete, quien recibe una herida de sable en la mejilla del mismo lado. Un soldado español disponía a atravesarlo con la bayoneta, cuando uno de sus granaderos, Juan Bautista Baigorria lo traspasa con su lanza. Varios soldados se disponían a atacarlo y es ahí cuando Juan Bautista Cabral desmonta y sable en mano libera a su jefe, recibiendo dos bayonetazos que lo hirieron mortalmente. Sus últimas palabras fueron: “¡Viva la Patria! Muero contento por haber batido a los enemigos”.

La Casa de Gobierno se levanta sobre el sitio que ocupara la Real Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria, destinada a defender Buenos Aires y a ser sede de las autoridades residentes en la ciudad. 

Construida en 1595 y finalizada a comienzos del siglo XVIII, fue utilizada por las autoridades españolas hasta la Revolución de Mayo de 1810 y por las criollas, excepto en algunos períodos de la Confederación Argentina.  

Por haber sido la sede del Gobierno Patrio, José de San Martín la visitó en diversas ocasiones ya que desde allí recibió las órdenes supremas y los recursos para la Campaña Libertadora. 

De la Fortaleza sólo quedaron en pie el arco de acceso y uno de los recintos virreinales refaccionado para sede del Gobierno.  

Durante la presidencia de Sarmiento se pintó de rosa, lo que dio lugar a su nombre popular. La Casa Rosada que llega a nuestros días es fruto de la construcción de nuevos edificios y sucesivas remodelaciones.

En cercanías se ubica la Plaza de Mayo, que es un escenario central en la historia Argentina, ya que allí se desarrollaron numerosos eventos trascendentales, entre ellos los que llevaron a la formación del primer gobierno patrio en el Virreinato del Río de la Plata. 

La Plaza de Mayo fue testigo de la proclamación de la Primera Junta de Gobierno, marcando el inicio del proceso de independencia de Argentina. Por su simbolismo como espacio de participación ciudadana, la plaza es considerada un ícono de la lucha por la libertad y la soberanía en la historia argentina.

La Plaza General San Martín se ubica en la zona de Retiro. Lugar donde José de San Martín comenzó la instrucción del Regimiento de Granaderos a Caballo, en 1812. 

Desde ese año se lo llamó Campo de Marte; en 1826, Plaza de Marte; y en 1878, Plaza General San Martín en conmemoración del centenario del natalicio de José de San Martín. 

El 13 de julio de 1862 se inauguró la escultura a José de San Martín y a los Ejércitos de la Independencia, y en 1910 los grupos de bronce que rodean el basamento.

El Museo Mitre y la Basílica se encuentran en el casco histórico de la Ciudad de Buenos Aires, en el Barrio de San Nicolás. 

La Casa de Mitre es una de las casas más antiguas de Buenos Aires. El edificio fue residencia de Bartolomé Mitre y su familia a partir de 1868.

En 1907 se inauguró como Museo Mitre, propiedad del Estado Nacional.

Contiene un archivo y biblioteca de más de 40 000 volúmenes dedicados a la historia y geografía americanas. 

El fondo General San Martín se compone de 110 cajas con manuscritos e impresos del Libertador. Este material fue utilizado por Mitre para escribir la primera narración histórica sobre la Gesta Sanmartiniana, en 1869. La obra se tituló “Historia de San Martín y de la Emancipación Sud-americana” y fue publicada en 1887.

A pocas cuadras se encuentra la Basílica, que fue construida junto al Convento San Ramón Nonato a principios del siglo XVII. 

El Teniente Coronel José de San Martín, contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada en esta Basílica. La celebración estuvo a cargo del presbítero Luis Chorroarín, el 12 de septiembre de 1812. Los testigos fueron Carlos de Alvear y su esposa María del Carmen Quintanilla. 

En el frontis, se agregó, en el siglo XX, un grupo escultórico que representa a Belgrano ofreciendo el bastón de mando del Ejército del Norte a la Virgen de la Merced.

En el Cementerio de La Recoleta descansan los restos de Remedios de Escalada de San Martín.

Nacida el 20 de noviembre de 1797 en Buenos Aires; se casó con el Libertador en 1812, unos pocos meses después del retorno de San Martín a su Patria.

En 1816 nació, en Mendoza, Mercedes Tomasa, También conocida como “la infanta mendocina”, única hija de ambos.

Acompañó a su esposo en su labor de Gobernador Intendente de Cuyo y en la organización del Ejército de Los Andes. Regresó a su ciudad natal, junto a su hija, en 1819.

Falleció un 3 de agosto de 1823, en Buenos Aires, con 25 años. En el sepulcro de Remedios, el Libertador mandó a erigir un monumento en mármol, realizado por el ingeniero Felipe Bertrés, con una lápida con la leyenda: “Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del General San Martín”.

Otras figuras relacionadas con la vida del General que descansan en este cementerio son: Tomasa de la Quintana (suegra), Carlos María de Alvear (fundó junto a San Martín la Logia Lautaro), Juan Martín de Pueyrredón (fueron amigos y compañeros de lucha en los procesos de independencia), Miguel Estanislao Soler (militar y político argentino que se unió al Ejército de Los Andes en 1816), Federico Brandsen (combatía por la independencia de Chile bajo las órdenes de San Martín), Juan Galo Lavalle (participó en las Batallas de Chacabuco y Maipú).

El Instituto Nacional Sanmartiniano de investigaciones históricas fue inaugurado el 5 de abril de 1933. Es un homenaje al General San Martín, inspirado en su residencia francesa de Grand Bourg.

Fue concebido por el Dr. José Otero como un espacio para el estudio sanmartiniano; replica, además, la arquitectura europea de la época.

Sus salones y jardines, adornados con esculturas, recuerdos y documentos históricos, narran la vida de San Martín, invitando a los visitantes a un viaje por el tiempo, para descubrir y honrar la memoria de uno de los más grandes líderes de la independencia sudamericana.

Frente al Instituto se encuentra el conjunto escultórico “El Abuelo Inmortal”, obra del escultor Ing. Ángel Eusebio Ibarra García, inaugurada en 1951 y representa a José de San Martín en sus años de retiro disfrutando de la compañía de sus nietas, simboliza la ternura y el legado familiar.

El Museo Histórico Nacional conserva un amplio patrimonio sanmartiniano. Resguarda material que perteneció a San Martín, como el sable corvo, el catre-cofre, una frazada, el escritorio de campaña y el sextante. También el frac que usó como Libertador del Perú, el poncho obsequiado por los pehuenches y charreteras del uniforme de los Granaderos a Caballo.

Preserva retratos entre los que se citan: una miniatura de Remedios de Escalada (1817) y el óleo de San Martín (1818) pintadas por Carlos Durand y José Gil de Castro, respectivamente, y el daguerrotipo realizado en París (1848).

Se exhibe también, una reconstrucción exacta del espacio donde San Martín pasó sus últimos años de vida con los muebles originales que le pertenecieron y fueron donados al Estado argentino en 1899 por su nieta Josefa Balcarce y San Martín de Gutiérrez Estrada.

La Quinta perteneció a Juan Martín de Pueyrredón, quien era entonces Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata; y fue testigo clave de varias reuniones entre éste y José de San Martín.

Durante esos encuentros, se discutieron y definieron aspectos esenciales del Plan Continental, la estrategia que permitió liberar Chile y Perú del dominio español.

Juan Martín de Pueyrredón desempeñó un papel crucial como aliado de San Martín, asegurando recursos económicos, armamento y tropas para la Campaña.

Al comienzo de 1800, el curato de Renca contaba con más de 3 000 almas, siendo por ese motivo la ciudad puntana más importante, lo que justifica que para 1810 se erigiera la primera escuela bajo la dirección de Don Fernando Almeida. 

El 20 de agosto de 1812 parten desde la plaza, frente a la casa de José Santos Ortíz, los primeros 27 paisanos que iban a integrarse al Regimiento de Granaderos a Caballo del General San Martín, entre ellos iban los tres renqueños que dieron su vida en el Combate de San Lorenzo, librado en las barrancas de dicho pueblo el 3 de febrero de 1813, sus nombres: Januario Luna, José Gregorio Franco y Basilio Bustos. 

Renca también fue cuna de personajes ligados a la política, como José Santos Ortíz, primer Gobernador Provincial, asesinado luego en Barranca Yaco, junto a Facundo Quiroga. 

La histórica casa se encuentra ubicada frente a la plaza “Granaderos Puntanos” en la que fuera la Escuela Superior N°73, inaugurada en 1874. Los visitantes encontrarán a pocos metros de la Casa, el monumento de granito donde descansan los restos de José Santos Ortíz y su esposa, repatriados en el año 2010.

En enero de 1813, llega confinado a la ciudad de San Luis el Coronel Mayor Don Juan Martín de Pueyrredón, producto de la revolución de octubre de 1812 en Buenos Aires.

El 31 de agosto de 1813 compra la estancia La Aguada que limitaba por el sur con El Portezuelo, hacia la sierra alta con el cerro El Chorrillero, por el norte con tierras de la otra aguada. El lugar se identificaba por tres ombúes plantados por el prócer que él mismo trajo de Buenos Aires.

Aquí el General San Martín visita a Pueyrredón, quien luego sería elegido como diputado por San Luis ante el Congreso de Tucumán, y luego el 3 de mayo de 1816, fue designado Director Supremo por el mencionado congreso.

Ésta era la primera posta saliendo de San Luis hacia Mendoza en las inmediaciones de la actual estación de Balde, construida por el Teniente Gobernador  de San Luis Don Vicente Dupuy en 1816.

Era además el punto terminal de una acequia que unía la ciudad con la posta, que contaba de una casa cómoda, corrales y dos grandes represas protegidas por cercos de palo a pique. Después esta posta se conoció con el nombre de Balde.

En el Museo Dora Ochoa de Masramón, en la Sala Chacabuco, se expone y resguarda el estandarte “Los Dragones de Chile”.

Este trofeo de guerra fue arrebatado en la batalla librada en la Cuesta de Chacabuco el 12 de febrero de 1817, en la que el Ejército de Los Andes, integrado por puntanos, obtuvo la victoria.

Posteriormente, el estandarte fue donado por el General San Martín como contribución al esfuerzo realizado por los puntanos.

Como suele suceder con muchos objetos preciados de la historia, la bandera tuvo un complejo itinerario que no reparó en cuidados ni en darle la estatura histórica que se merecía. 

Cuando en 1891 Pedro Carranza proyectó la creación del Museo Histórico Nacional, pasó por varias provincias argentinas con el afán de llevarse objetos de valor patrimonial para lucir en el salón. De San Luis se llevó el estandarte, que estaba en el Convento de Santo Domingo.

Una de las personas en la Provincia que más luchó por la recuperación del valioso estandarte fue Hugo Gez, sobrino de Juan Gez, uno de los historiadores más importantes de San Luis.

Iniciada la década del ’90, el gobierno puntano reclamó la devolución del estandarte y recordando el 204 aniversario de la batalla en la que el Ejército Libertador arrebató el distintivo marcial a los españoles (año 2001), se inauguró la sala en la que quedó expuesto. En ese mismo lugar se puede ver una copia del decreto por el que San Martín regala la bandera al pueblo de San Luis.

San José del Morro fue famosa posta y fortín en el camino de Buenos Aires a Chile. El pueblo se construyó alrededor de la histórica Iglesia de San José del Morro, construida en la primera mitad del siglo XVIII. Su arquitectura es muy modesta, como todas las capillas de la zona: posee una torre campanario y una sola nave.

Fue signo real de la fe cristiana que alentaba a un importante núcleo de población que se esforzaba por prosperar estimulando por la fecundidad del suelo.

En su arquitectura prevalecen las típicas características del estilo colonial, en el que se destaca la tirantería de madera dura sujeta con tientos de cuero crudo, el espesor de las paredes, el diseño de las rejas, los rasgos de la torre, y detalles de la carpintería, así como también la orfebrería de algunos de los objetos dedicados al culto que aún se conservan.

El Papa Pío IX en viaje hacia Chile pernoctó en la localidad, oficiando misa.

Su entorno revive hechos trascendentes del pasado, pues en sus inmediaciones nació el Teniente General Juan Esteban Pedernera, que fue Vicepresidente y luego Presidente Interino de la Confederación. La cuadra histórica de San José del Morro guarda todos los hechos relevantes que sucedieron en la comunidad.

El 8 de septiembre de 1816 desde su único balcón se realiza la lectura y juramento de la Independencia que había tenido lugar en San Miguel de Tucumán.

En 1818, el General San Martín le envía una misiva al Gobernador Dupuy pidiéndole una movilidad por encontrarse roto su carruaje en donde viajaba. En esa oportunidad permaneció unos días en el pueblo, alojándose en la Casa del Altillo, que engalana la cuadra histórica.

Originalmente este solar fue parte del antiguo Campo de las Carreras, sitio donde el 24 de septiembre de 1812 se libró la Batalla de Tucumán, resultando victoriosa para el ejército del General Belgrano. 

En la actual plaza, se encuentra la Pirámide de Chacabuco, la cual en 1818, Belgrano erige en honor a la victoria del General San Martín en la Batalla de Chacabuco.

Antiguas ruinas jesuíticas que constituyen un importante testimonio de la época de la conquista española. En este sitio funcionó el primer colegio de institución pública del país y también fue donde los padres jesuitas cultivaron por primera vez la caña de azúcar en Tucumán.

El Ejército del General San Martín descansó en este sitio en 1814 cuando el Libertador se hizo cargo del Ejército del Norte.

Antigua casona y estancia rural “Hacienda Las Ramadas”, donde el General San Martín descansó en 1814 por una afección pulmonar. 

Se conserva el viejo algarrobo, el cual, cuenta la tradición que el Libertador descansó antes de acometer la Campaña Libertadora de Argentina, Chile y Perú. 

Declarado Lugar Histórico Nacional, el antiguo solar fue inaugurado en 2010 con salas que contienen material audiovisual, libros, iconografía sanmartiniana, un cuadro que recrea a través de una línea del tiempo los hechos cruciales de su vida y una réplica del sable corvo que el Padre de la Patria utilizó en las Batallas de la Independencia.

La Casa Histórica de Tucumán, como se la conoce, es una casona de estilo colonial que alberga el Museo Casa Histórica de la Independencia y fue construida a fines del siglo XVIII. Ha sufrido varias modificaciones, aunque el Salón de la Jura, donde se declaró la Independencia, se mantiene en su estado original. 

El museo cuenta con cuatro patios, un aljibe y árboles autóctonos; posee más de 700 piezas, incluyendo el Acta de la Declaración de la Independencia, mobiliario, armamento, objetos personales, vajilla, ornamentos, objetos de culto católico, pinturas religiosas, retratos, monedas, placas y medallas de los siglos XVIII y XIX. 

Su biblioteca, con más de 500 volúmenes, abarca temas como historia eclesiástica, Guerras de la Independencia y civiles, arte, economía y periodismo, siendo la mayor colección sobre la historia de Tucumán. También incluye ejemplares de los primeros periódicos de la provincia.

El Paseo Sanmartiniano es un espacio que combina el valor histórico con el esparcimiento al aire libre. El recorrido por el mismo nos permite cobijarnos en un mar lleno de historias, con figuras emblemáticas en donde la cultura prevalecerá por siempre, compartiendo valores, gastronomía y recreación.

Dedicado a la memoria del General José de San Martín y su paso por Arroyo Seco el 2 de febrero de 1813, con los Granaderos en la marcha hacia San Lorenzo, el día previo a la batalla contra los realistas donde salió victorioso. Pasaron la noche en la Posta donde se registró el recambio de 164 caballos, cedidos por el maestro de postas de Arroyo Seco.

El convento de San Carlos Borromeo perteneció a la Orden de Frailes Menores desde fines del siglo XVIII, luego de la expulsión de los jesuitas. El Libertador descansó en una de las celdas de los sacerdotes luego de la Batalla de San Lorenzo, desarrollada en sus inmediaciones, el 3 de febrero de 1813. El Libertador dictó el parte de la victoria al pie de un pino en la huerta del Convento. Hoy retoños del árbol se han plantado en diversos lugares del país.

El Campo de la Gloria es el lugar donde se desarrolló la Batalla de San Lorenzo. El objetivo fue poner fin a las incursiones de los marinos realistas.

Significó la primera victoria del Regimiento de Granaderos a Caballo contra las fuerzas realistas españolas y única batalla de San Martín realizada en nuestro territorio. 

Entre las bajas fatales, recordamos a Juan Bautista Cabral, muerto en combate y a Juan Germán Bermúdez, fallecido al día siguiente por una herida. Ellos, junto a Juan Bautista Baigorria, salvaron a San Martín cuando en medio de la contienda el caballo herido aprisionó su pierna. El Libertador expuso la valentía de estos soldados y solicitó atender la situación de la familia de los caídos en combate.

La Estancia San Pedro Viejo, ubicada a 185 km. De la ciudad de Córdoba, tiene su origen en una merced real concedida por el Rey de España a Pedro Luis de Cabrera en 1602, hijo del fundador de Córdoba Jerónimo Luis de Cabrera. 

La Posta comenzó a funcionar en el lugar a partir de 1760, cuando se estableció el Camino Real al Alto Perú o Camino de Postas y Correos que conectaba Buenos Aires con Lima, convirtiéndose en un valioso centro de comercio y tránsito entre el sur y el norte del país. 

En los inicios del siglo XIX suministró ganado y otras provisiones a los ejércitos patriotas. Por este sitio pasaron el General José de San Martín, Manuel Belgrano y Facundo Quiroga.

Casona donde se alojó San Martín entre junio y agosto de 1814, luego de su renuncia a la comandancia del Ejército del Norte y mientras esperaba su designación como Gobernador Intendente de Cuyo.

La finca perteneció a Luis de Tejeda y Guzmán, el primer poeta argentino, quien la adquirió en 1632, una placa en el lugar lo recuerda. Luego pasó a manos de Pérez Bulnes.

La vivienda conserva su estilo arquitectónico original y con los años fue dividida en tres partes. Allí se encontraba el famoso nogal histórico que databa del siglo XVII hasta la década de 1950 en que se mantuvo en pie, pero con visibles signos de declinación hasta que se secó definitivamente en la década de 1970.

La Posta Los Nogales es un paraje único en las sierras de Córdoba. Fue el lugar que usó San Martín para descansar en sus sucesivos viajes desde Buenos Aires a Mendoza. 

El paraje ofrece sombra y descanso: un camping acogedor, una piscina tentadora y asadores que despiertan apetitos ancestrales.

Pero su tesoro más preciado es un pequeño museo, donde la historia se anida en cada rincón. Dos siglos atrás, más de 700 granaderos marcharon por aquí, y San Martín, en persona, dejó su huella: un vale firmado que relata cómo se llevó cuatro caballos y el dueño de la posta fue a cobrar en Buenos Aires.

El museo de sitio Posta de Yatasto es un patrimonio cultural tangible que formó parte del Camino Real y el sistema de postas en la época virreinal y de gran relevancia en la lucha por la independencia argentina. Fue testigo de importantes encuentros entre los próceres de la patria.

El 26 de marzo de 1812, los generales Juan Martín de Pueyrredón y Manuel Belgrano se reunieron aquí para el traspaso de mando del Ejército del Norte. Más tarde, en 1814, los padres fundadores Manuel Belgrano y José de San Martín se encontraron en persona en cercanías de este lugar.

Allí también se hospedaron otros héroes nacionales como el Teniente Coronel Martín Miguel de Güemes.

La finca, originalmente otorgada como merced a Francisco Toledo Pimentel a principios del siglo XVIII, fue restaurada por su heredero Vicente Toledo y Pimentel en 1780; quien luego contribuyó significativamente a la causa independetista, proporcionando caballos y ganado al Ejército  Auxiliar del Norte.

La Posta conserva parte de su estructura original, con paredes de adobe, techos de tejas y detalles en madera, ofreciendo una ventana al pasado como testimonio tangible de la historia.

En el año 1814 contaba con una superficie que rondaba los 1500m2, distribuidos por unos 30 metros en el frente por 50 metros de fondo. 

Su locación fue establecida debido a que pasaba por allí el Camino Real (actual Avenida Mitre) y existía un manantial que proveía a los puesteros, en su camino de paso hacia Buenos Aires o desde dicha provincia a Mendoza.

Es un sitio histórico relevante en la Ruta Sanmartiniana, siendo punto de descanso y aprovisionamiento para viajeros entre Buenos Aires y Mendoza. En 1814, José de San Martín pasó camino a Mendoza para asumir la Gobernación de Cuyo y comenzar la liberación de América y desde allí se dirigió al Cabildo.

Antiguamente sobre el Carril Viejo, se encontraba este paso obligado para los viajeros que se dirigían hacia o desde Buenos Aires.

Propiedad de los hermanos Gregorio y Martín Moyano, brindaba comodidad a los arrieros que cambiaban sus caballos y a los pasajeros que pernoctaban allí. En su amplia casona, los Moyano levantaron un oratorio dedicado a la Virgen del Carmen de Cuyo.

Entre las personalidades ilustres que allí pasaron destaca el Gobernador Intendente de Cuyo José de San Martín, al arribar a la provincia en 1814, Juan María Mastai Ferretti (futuro Papa Pío IX) y Fray Justo Santa María de Oro.

El Cabildo de la ciudad de Mendoza se emplazaba frente a la Plaza Mayor, sobre su costado este y el canal zanjón (hoy Cacique Guaymallén). Se trataba de un edificio modesto, de adobes, que tuvo que ser reconstruido en varias ocasiones por derrumbes que le ocasionaba la crecida de las aguas del canal.

Durante la gestión del General San Martín como Gobernador Intendente de Cuyo, fue sobresaliente el accionar del Cabildo en el apoyo a su obra, con lo que se aseguró el éxito de la Expedición Libertadora. La institución desapareció como tal en 1825. Luego, el edificio fue destinado a Casa de Justicia y Cárcel hasta el terremoto de 1861. En 1992 se construyó en ese lugar el Museo del Área Fundacional que rescató restos arqueológicos del antiguo edificio.

La Plaza Mayor o Plaza de Armas, hoy Pedro del Castillo, fue el centro neurálgico de la ciudad colonial. Aquí se desarrollaba el mercado, se ajusticiaba a los reos y era el gran escenario de celebraciones religiosas, civiles y militares. Durante la gobernación del General San Martín, fue escenario de la proclamación de Nuestra Señora del Carmen de Cuyo como Patrona del Ejército de Los Andes y del juramento a la bandera.

En la esquina de las actuales calles Ituzaingó y Beltrán se encuentran las Ruinas de San Francisco, que corresponden a la antigua iglesia jesuítica de Mendoza fundada por la Compañía de Jesús en 1608. Para su establecimiento recibió en donación los terrenos ubicados al noroeste de la Plaza Mayor donde en 1731 fue construida la iglesia. Desde el templo el 5 de enero de 1817, la imagen de la Virgen salió al encuentro del Ejército Libertador en la Plaza Mayor donde se produjo el juramento de la primera bandera independiente. Vencedor en Maipú, San Martín volvió a Mendoza y depositó ante su imagen el bastón de mando.

Frente a la plaza fundacional, en la actual calle Alberdi, se encontraba la Iglesia Matriz de Mendoza. Allí fue bautizada la única hija del General San Martín, Mercedes Tomasa, el 31 de agosto de 1816; también se bendijo la Bandera de Los Andes el 5 de enero de 1817 y en la misma ceremonia San Martín ofreció a la Virgen el bastón de mando formalizando su patronazgo sobre las armas libertadoras. Fue destruida en el terremoto de 1861.

En el solar donde actualmente se encuentran las escuelas “Mariano Moreno” y “Gral. Las Heras” (actual calle Alberdi 445 esquina Ituzaingó) se levantaba el antiguo templo y convento de Santa Mónica de la Orden de los Agustinos construidos a su llegada a la ciudad en 1650. Cuando San Martín ejercía el gobierno de Cuyo, el convento de los Agustinos fue utilizado como alojamiento por el Batallón de Infantería N°11, desde fines de 1814 hasta 1816. Luego del terremoto de 1861 el sitio quedó destruido y fue conocido como Ruinas de San Agustín.

Este solar corresponde al espacio que la memoria histórica atribuyó a la localización de la casa que el Cabildo de Mendoza le alquiló para vivienda al General San Martín entre 1814 y 1817 cuando fue designado Gobernador Intendente de Cuyo. Allí residió junto a su esposa, doña Remedios de Escalada y fue donde nació la hija de ambos, Mercedes Tomasa el 24 de agosto de 1816.

La vivienda fue destruida por el terremoto de 1861 y el solar fue objeto de sucesivas ocupaciones.

El sitio fue declarado Lugar Histórico por Decreto Nacional N°368/1975. 

En el año 2014 la Municipalidad de Mendoza comenzó un proceso de investigación que permitió certificar la existencia de la casa en la vereda sur de la calle Corrientes. Por lo cual se procedió a la expropiación, a los trabajos arqueológicos de rescate y puesta en valor, y a la construcción del actual Museo, inaugurado el 24 de agosto de 2019.

A pocos metros, sobre las actuales calles Corrientes, Ituzaingó, Montecaseros y Córdoba de la ciudad de Mendoza, se ubicaba la Maestranza del Ejército de Los Andes. En 1814, para defender Cuyo de una posible invasión realista, luego de la derrota en Rancagua, se concentraron pertrechos de guerra y un grupo de artillería en esta locación.

En cercanías, sobre la actual calle Montecaseros al 1647 se ubicaba la Iglesia Nuestra Señora de la Merced. Los Mercedarios brindaron su decidido apoyo al General San Martín. En junio de 1816, el gobierno solicitó al Padre Comendador de la Orden de la Merced, que le proporcionara un salón del claustro con algunas mesas para que allí se confeccionaran parte de los uniformes de los oficiales del Ejército de Los Andes. Así, comenzó a funcionar allí la “Sastrería del Estado”. Los Mercedarios también aportaron dinero a la campaña.

En las actuales calles Córdoba, Salta, Corrientes y José Federico Moreno se establecieron las monjas de la Compañía de María en 1780. Fue el primer colegio para niñas de la ciudad y uno de los más antiguos del país. En 1816, Toribio de Luzuriaga solicitó la ayuda del monasterio para la Campaña Libertadora e inmediatamente las monjas contribuyeron con ropas, aparejos, préstamos de dinero y provisiones para la tropa, además de colaborar con el bordado de la Bandera de Los Andes.

La “Plaza Nueva”, actual “Plaza Sarmiento” surge a principios del siglo XIX a partir del crecimiento de la ciudad hacia el sur; allí las milicias de la ciudad ejecutaban sus ejercicios militares.

En 1815, practicaba en esta plaza la “Compañía de Cazadores Ingleses”, al mando del capitán británico Juan Young. 

Eran más de 53 británicos de los 250 que fueron tomados prisioneros entre 1806 y 1807 en las invasiones inglesas en Buenos Aires y enviados a Mendoza. La mayoría de estos hombres en 1815 se ofrecieron como voluntarios para formar una compañía de milicias para defender a Mendoza de cualquier ataque. Un año después, ya se había conformado parte de la Compañía Patriótica de Cazadores. En 1817, esta compañía auxilió a las tropas de línea del ejército que partió el día 9 de enero, hasta el 24 de ese mismo mes, para la liberación de Chile.

La Orden de los Dominicos se estableció en Mendoza en la manzana comprendida entre las actuales calles Salta, Chacabuco, José Federico Moreno y Beltrán. Allí construyeron convento y templo; en este último se conservaba la histórica imagen de Nuestra Señora del Rosario de 1590, proclamada Patrona de Mendoza y Cuyo en 1737.

En el antiguo templo fue sepultado Manuel Ignacio Molina, Diputado a la Junta de Mayo de 1810 y estrecho colaborador de San Martín.

En 1815, los frailes cedieron su convento ante el pedido del General San Martín, a fin de alojar los Escuadrones 3° y 4° de Granaderos a Caballo, asimismo donaron bienes y dinero para la campaña. 

El templo y resto de las dependencias fueron destruidas por el terremoto de 1861. En 1921 se construyó el actual, inaugurado en 1959.

En sus cercanías, en las actuales calles Montecaseros esquina Chacabuco se encontraba la Iglesia de la Caridad. San Martín, en noviembre de 1815, en plena preparación del Ejército de Los Andes observó la necesidad de ampliar el servicio de asistencia y salud para los soldados. Solicitó al Cabildo que se instalase un hospital militar en esta Iglesia. Fue atendido por religiosos y funcionó allí entre 1815 y 1817.

Conocida como la “Celda Histórica de San Martín” en el Convento de Santo Domingo de la ciudad de San Juan, es un edificio histórico que alberga la celda donde durmió, en 1815, el Libertador General San Martín durante su viaje a San Juan mientras ejercía la Gobernación Intendencia de Cuyo, con motivo a tratar temas políticos y militares con el Teniente Gobernador Dr. José Ignacio de la Roza.

A pesar de los terremotos y el paso del tiempo, la celda ha sobrevivido casi intacta, manteniendo el mobiliario original, siendo remodelado su entorno y construidas las salas donde funciona actualmente la Asociación Cultural Sanmartiniana de dicha localidad.

Fray Justo Santa María de Oro y Albarracín fue un religioso argentino, defensor del republicanismo, diputado por San Juan junto al Dr. Francisco Narciso de Laprida ante el Congreso de Tucumán y uno de los portadores de las ideas sanmartinianas en la Declaración de la Independencia. 

El 21/02/1830 Santa María de Oro fue consagrado obispo en la iglesia de San José de la ciudad de San Juan por José Ignacio Cienfuegos. 

Retirado de la vida política por no participar en las luchas entre unitarios y federales muere un 19/10/1836. Sus restos descansan en la Catedral de San Juan; era tío segundo de Domingo Faustino Sarmiento.

A 200 mts. se encuentra la plaza principal de la provincia de San Juan, símbolo de la reunión del pueblo sanjuanino, donde se encuentra ubicado el punto 0, metáfora de inicio de caminos e historia provincial. Además de ser el punto de inicio de la IV División del Ejército de Los Andes al mando del Teniente Coronel Juan Manuel Cabot.

Las postas eran lugares de descanso y abastecimiento en los caminos, donde los viajeros, correos y diligencias cambiaban sus caballos para continuar su viaje. Estaban ubicadas a una distancia de dos o tres leguas entre sí.

Sobre el camino que conectaba Mendoza con San Juan se encontraba una de estas postas.

Dicha casa soportó la furia del terremoto de 1894 y de 1944, aunque debió ser apuntalada, a lo que se sumó el deterioro propio de una casa tan añeja, más las lluvias que generaron humedad. Estudios técnicos realizados la declararon irrecuperable, y sumado a que la antigua casa estaba fuera de línea en el nuevo trazado de la reconstrucción de la ciudad, en septiembre de 1955, la morada del ilustre Laprida quedó en el recuerdo.

Actualmente existe una placa conmemorativa en el acceso a la galería comercial que lleva el nombre del presidente del Congreso de Tucumán.

Sobre la actual calle General Acha, entre Laprida y San Martín, se encontraba el Cabildo de San Juan de la Frontera. Funcionó como sede de gobierno hasta la formación de la Legislatura en 1821.

Este paso cordillerano se encuentra en el centro-oeste de la Provincia de La Rioja y al este de la Región de Atacama.

Desde el extremo norte, el ejército de Belgrano cooperó  con un contingente dirigido por el Teniente Coronel Francisco Zelada, siendo su segundo el Capitán Nicolás Dávila.

Luego del alistamiento de la tropa salieron de Guandacol, desde donde pasaron a la Laguna Brava, efectuando la travesía de la cordillera principal por el Paso de Come-Caballos y bajaron directamente sobre Copiapó, en febrero de 1817; cumpliendo con la misión encomendada de ingresar a Chile y posesionarse de las villas de Huasco y Copiapó, provocando un movimiento favorable a la revolución, para luego unirse a la Columna de Cabot.

Desde la hoy denominada Plaza San Martín de Guandacol partieron más de 350 milicianos que llegaron desde distintas latitudes de la Provincia de La Rioja. Actualmente se encuentra en ella un busto en honor al General San Martín sobre un monolito, que recuerda el hecho histórico.